La innovación es el motor de la competitividad de cualquier empresa. En un contexto como el actual, saturado de productos, ofertas y mensajes, la innovación no sólo es imprescindible para destacar y conseguir la atención de nuestros públicos, sino también para seguir siendo relevantes. Sin innovación, a medio plazo ninguna empresa tiene futuro, por lo que la innovación es en definitiva una cuestión de supervivencia.
Como innovación es sinónimo de cambio, y ante un cambio el miedo y la resistencia son inevitables
Comunicación interna y externa
Como innovación es sinónimo de cambio, y ante un cambio el miedo y la resistencia son inevitables, la comunicación es clave para generar una predisposición positiva hacia la misma, en primer lugar, entre el público interno, a quien deberemos convencer de que apuesten por ella y le dediquen los recursos necesarios.
La comunicación nos permite también dar sentido a la innovación
La comunicación nos permite también dar sentido a la innovación, pero para ello, tanto la innovación como su comunicación tienen que inspirarse en el propósito corporativo. Es el propósito lo que da sentido y razón de ser a todo lo que una empresa hace, y más si se trata de innovación. Por eso, marca e innovación son dos caras de la misma moneda: la marca (el propósito) inspira y da sentido a la innovación y la innovación aporta credibilidad y relevancia a la marca.
La innovación es hoy en día un proceso compartido entre departamentos y desarrollado muchas veces en colaboración con clientes y otras empresas
Por otra parte, la innovación es hoy en día un proceso compartido entre departamentos y desarrollado muchas veces en colaboración con clientes y otras empresas. A menudo, las innovaciones exitosas provienen de equipos multifuncionales donde interviene marketing, ventas, recursos humanos, operaciones, ingeniería, finanzas, etc., lo que hace necesario que existan procesos de comunicación abierta entre todas las partes implicadas que permitan a todos los participantes desafiarse, colaborar y co-desarrollar soluciones que además de ser innovadoras sean también comercialmente viables y no sólo experimentos científicos.
La comunicación externa será también clave para atraer a los early adopters, público al que hay que conquistar en primer lugar si queremos que la innovación tenga éxito y se extienda al resto de capas de la población. En este punto es clave contar con un relato que podamos declinar en función de las características e intereses de los diferentes grupos con los que interactuamos. Un relato que sea apasionante y convincente y que permita no sólo entender el valor que esta innovación aporta a las personas, sino también experimentar las emociones que pretendemos generar con ella.
Es clave contar con un relato que podamos declinar en función de las características e intereses de los diferentes grupos con los que interactuamos
En definitiva, aunque hoy en día a la hora de construir reputación cuenta más lo que se hace que lo que se dice, en un mundo saturado de ofertas y mensajes como el actual lo que no se ve no existe. Y también en la innovación, no vale sólo con serlo, sino que también hay que parecerlo, por lo que la comunicación, tanto interna como externa, es clave como factor coadyuvante para que los procesos de innovación tengan éxito.