D. Luis Lezama párroco, periodista y hombre emprendedor donde los haya, cuyo mensaje ha sido siempre “no dar peces, sino enseñar a pescar”, es el presidente y fundador del Colegio Santa María la Blanca. Un colegio que forma parte de la Fundación Iruaritz Lezama cuya vocación es la de integrar a jóvenes desfavorecidos en la sociedad a través de la hostelería y de programas educativos que han ido evolucionando a lo largo de estas cuatro décadas.
Iruaritz es una palabra en Euskera cuyo significado es “tres robles” y simbolizan la unión que la organización ha venido desempeñando en contra del analfabetismo, la marginación y la pobreza.
En 2006, 16 educadores de diferentes colegios, ante el panorama de la educación –desánimo y polémica del claustro educativo, abandono escolar y manipulación política-, comienzan a reunirse todos los fines de semana durante un año para poner en común las pocas experiencias en innovación que se estaban produciendo a partir de teorías como las de Gardner de las inteligencias múltiples.

Presentación del libro La escuela del futuro de D. Luis Lezama. Junio 2017
Tal como constata D. Luis Lezama “había poca innovación o mal orientada, confundiendo el uso de herramientas informáticas con la innovación. Esto continua siendo un problema que desvirtúa a la verdadera innovación”, “estábamos utilizando técnicas y sistemas de hace cien años sin tener en cuenta la evolución de las generaciones, la era digital que exige ya en los alumnos un lenguaje propio y modos de aprender por imágenes”.
Es cuando deciden iniciar un proyecto donde la experiencia docente girase en torno al interés del alumno y no al prestigio de los profesores o del propio colegio. “La prioridad eran las necesidades del alumno, el estudio de su personalidad, para crea un diagnóstico ayudado por la tecnología que nos permitiese hacer un seguimiento personal de la gestión de su educación”, así nació el método EBI, Educación Básica Interactiva. Un proyecto, que tras ganar el concurso público para crear un concertado en el nuevo barrio de Montecarmelo en Madrid, ve la luz en 2008.
Tuvimos el valor de meternos en esa gran aventura y devolver el protagonismo al estudiante.
Hoy, el Colegio Santa María la Blanca es una referencia en cuanto a innovación educativa a nivel nacional e internacional. Ha sido reconocido como uno de los 50 colegios más innovadores del mundo. Y así lo constatan sus resultados académicos extraídos del informe PISA for schools, por encima de los promedios de los países de la OCDE, y a niveles de rendimiento similares a Finlandia y Singapur, los países con mejor rendimiento educativo. Un colegio con un índice “cero” de abandono escolar.
EL SISTEMA EDUCATIVO EN ESPAÑA

Fachada e instalaciones interiores del Colegio Santa María la Blanca
Para Carlos Amador, director del Colegio Santa María la Blanca (CSMB), el sistema educativo actual está agarrotado en un proceso rutinario y sin ilusión donde prevalecen los contenidos por encima de las competencias. “Seguimos con el horizonte de llenar las cabezas de los estudiantes con contenidos en vez de desarrollar propuestas, actividades y experiencias que ayuden a resolver de forma creativa los distintos problemas y retos que tienen que afrontar los alumnos del siglo XXI”.
La cuestión no reside por tanto en cambiar las leyes, sino en cambiar el sistema. Tal como considera Andreas Schleicher, principal responsable del informe PISA y una de las autoridades mundiales en enseñanza “No tengo una respuesta fácil para España, excepto que su concentración excesiva en la legislación y las normas ha desviado la atención lejos de lo único que logrará mejores resultados de aprendizaje: la calidad de la enseñanza”.
El individuo, con lo que se emociona, aprende porque lo que no emociona, se olvida.
El colegio es un ámbito educativo en el que el alumno se tiene que sentir cómodo, valorado, reconocido a pesar de sus deficiencias y donde puede desarrollar sus habilidades. “Sin emociones no se aprende”. Toda la labor educativa del centro, no solo la de su profesorado, debe de estar integrada en suscitar emociones, que a través del descubrimiento de sus habilidades desarrollará los valores personales del individuo. Esta es la filosofía del CSMB.
Desde el centro consideran que la innovación educativa es mirar al alumno, al docente y a toda la comunidad educativa de una manera diferente, viva, dinámica donde los papeles educativos del profesor y del alumno se transforman dando el protagonismo a quien de verdad lo tiene: el alumno. «Lo primero que tiene que hacer un educador es tomar conciencia de la diferencia».
El equipo directivo del CSMB enfrenta el reto de cómo ser impulsores de esta transformación de la educación en cada aula, dotando de las herramientas necesarias para que el alumnado sea autónomo en su aprendizaje de tal manera que logren ser buenos profesionales y personas felices, y motivando al alumnado, profesorado y a padres y madres, para que estén convencidos que otro tipo de educación es posible.
INNOVACIÓN EDUCATIVA: EL MÉTODO EBI
Un nuevo modelo pedagógico integrador designado como modelo de transformación en el Congreso World Leading Schools celebrado en Washington este año.
El sistema EBI (Educación Básica Interactiva) es un método de transformación educativa basado en la personalización, su gran valor, que busca ofrecer a los alumnos diferentes itinerarios personales para que vayan desarrollando sus fortalezas en el aprendizaje y dando oportunidades de mejora en aquellos aspectos en lo que no destacan o tienen más dificultades. El método se apoya en la tecnología como un medio que hay que integrar, no como un fin en sí mismo, las tecnologías son una herramienta clave, pero el foco es la existencia de un proyecto educativo coherente.

Sesión de trabajo del CSMB con el Dr. Paul Ballard y el Dr. Ronald Jacobson de la Central Washington University
El método por tanto busca un aprendizaje significativo y el máximo desarrollo del potencial de cada alumno a través del conocimiento de cada uno y de establecer relaciones significativas y cercanas entre alumnado y profesorado y el centro con su entorno.
Para ello se desarrollan 4 aspectos, la planificación centrada en el alumno, el enfoque curricular de pensamiento, construcción de una comunidad de aprendizaje y el fortalecimiento de la identidad profesional del docente.
Abrazar la diversidad y la individualidad de cada alumno, creando una estrategia para cada uno. Lo primero que tiene que hacer un educador es tomar conciencia del otro.
Arantxa Garay-Gordovil, directora de innovación de la Fundación compara el proceso de enseñanza con el crecimiento de una planta.
“La educación infantil es un tiempo y espacio para echar raíces, para germinar y poner las bases neurológicas y de autonomía en los hábitos diarios. Primaria tiene dos objetivos ayudar a los niños a construir su tallo, que para nosotros representa las habilidades básicas de aprendizaje: lectura, escritura, razonamiento lógico matemático, cooperación y habilidades de pensamiento. En segundo lugar, en los últimos años de la etapa debemos comenzar a trabajar en herramientas, que llamamos el crecimiento de nudos, que son clave para el futuro desarrollo del alumno en la ESO y Bachillerato. Estos nudos son responsabilidad en el trabajo personal, competencia digital, habilidades más complejas de pensamiento y estrategias de aprendizaje y desarrollo emocional.
Secundaria obligatoria cubre dos momentos: las ramas y las flores. Los alumnos al comienzo de la etapa deben ya entrenar su autonomía y comenzar a tomar decisiones que le llevan a una mejor planificación de su trabajo, pues deben acabar la etapa responsabilizándose de su plan personal de estudios, siempre por su puesto con el apoyo necesario en cada caso del tutor y del profesor especialista. Es donde comenzamos a ver los primeros signos visibles de nuestro trabajo.
El momento más visible es bachillerato, en el que recogemos los frutos, de un trabajo hecho durante años. Los alumnos en esta etapa apoyados por su tutor y profesores, debe tomar decisiones para su proyecto de vida y tomar conciencia de ser el máximo responsable de lo que hace y de cuáles son sus metas”.
La generación digital no necesita clases magistrales
El equipo de pedagogos de la Fundación ha liderado en el último año un equipo de investigación y desarrollo interno para trabajar en la creación de la nueva plataforma basada en el entorno Google.
El marco pedagógico creado en CSMB es replicable en cualquier contexto con independencia de sus características. La Fundación facilita formación a docentes y asesoramiento para conseguir convertir en 28 semanas una escuela tradicional en una escuela del siglo XXI. 8 son los centros en España, EEUU y Latinoamérica ya se han adaptado al sistema EBI y están trabajando muy de cerca en un proyecto amplio con la Central Washington University.
COMUNICANDO EMOCIÓN, PERSONALIZACIÓN Y COLABORACIÓN A TRAVÉS DE LA TECNOLOGÍA
Desde la Fundación Iruaritz se desarrolla la comunicación del método EBI aplicado en el CSMB
La comunicación ha supuesto una herramienta clave desde el año 2008, primer curso académico del CSMB. Y no puede ser para menos, su fundador D. Luis Lezama, es licenciado en Ciencias de la Información y tuvo una amplia experiencia profesional en medios de comunicación tanto radiofónicos como televisivos, obteniendo un premio internacional ONDAS -1972- de su etapa en COPE como director de programas.
Incluso antes del inicio del CSMB la comunicación ya estaba presente, tal como constata Inaki Echeveste, director de comunicación y relaciones institucionales de la Fundación, cuando el propio D. Luis Lezama publica un post en la página web “Nuevos Vecinos de Montecarmelo” en el que venía a decir: “Tengo la idea de un nuevo proyecto educativo y me encuentro en la búsqueda de profesores con deseos de comenzar una nueva aventura”.

VIII Foro de Innovación Educativa con el Dr. Luis Fraga de la Universidad de Notre Dame y asesor de educación para el ex presidente Barack Obama celebrado en 2017
La comunicación es un eje fundamental para la función directiva de la Fundación, y también ante las demandas de una sociedad del conocimiento, tecnológica y digital. La dirección de comunicación reporta directamente al director general del Grupo Lezama, Joaquín Martínez.
La organización cuenta con un plan de comunicación en seis pasos, entre cuyas prioridades está el potenciar su mensaje ante la sociedad, y que éste alcance cuotas de reconocimiento desde diferentes ámbitos. “Despertar conciencias, crear emociones” es el lema que resume la innovación educativa del método EBI. Así mismo, se pretende trasladar el enfoque de que la innovación no suele ser el producto de individuos que trabajan aislados, sino un resultado de cómo movilizamos, compartimos y conectamos conocimiento.
Sus claves comunicativas se establecen en transformar la información en mensajes claros y directos, gestionar la marca del colegio y la fundación, estandarizar los procesos y flujos de comunicación, y estar al día en cuanto a información y datos para implementar los cambios y las mejoras necesarias.
La política de comunicación de la innovación pasa porque todos los miembros de la organización comprendan la misión, visión, cultura empresarial y los objetivos y estrategias. Así como potenciar un flujo interno/externo constante de información y transmitir su posicionamiento e imagen consolidando las relaciones con todos los stakeholders.
Como institución educativa la Fundación tiene muy presente que sus primeros prescriptores son los padres y madres y en este sentido desempeñan una política de comunicación muy activa para fortalecer las sinergias y generar relaciones duraderas entre todos.
Una web, desarrollo de la comunicación en redes sociales (Facebook, Twitter, Google + y You Tube), un foro anual centrado en innovación educativa, gabinete de medios o relaciones directas con los stakeholders son las principales herramientas de comunicación de la innovación de este método educativo aplicado en el CSMB.
Su reto en comunicación está en lograr que todos los esfuerzos en I+D+i en innovación educativa se perciban a nivel institucional y social como lo que son: mejoras en educación y en la vida diaria de estudiantes, adaptándose a las demandas de un mundo digital. Y como apunta su dircom, “manteniendo el foco bien centrado y siendo humildes podremos continuar este camino”.
EL FUTURO
Los educadores crean capital humano que es la clave para innovar en la sociedad y en el mundo en el que vivimos. Los jóvenes quieren aprender haciendo, entendiendo, conociendo y disfrutando. La tecnología engancha a los más jóvenes y se reclama como base de aprendizaje. Por tanto la educación debe utilizar nuevos métodos que permitan a los jóvenes querer aprender, sentirse motivados y crecer, así como ayudar a construir personalidades libres, trascendentes, reflexivas, críticas y creativas. Y en todo, desde Innova+C, apostamos por la comunicación y la emoción como herramientas claves.